El otro día, en la fiesta del quinto aniversario de Booket (en la que pudimos comprobar que hay quien sabe ganar dinero vendiendo libros sin llorar constantemente) nos regalaron un paquete de 10 libros, que supuestamente habían sido elegido por los lectores como los diez fundamentales de tan inmensa colección. Hoy me he enfrentado a ellos por primera vez:
1984, de Orwell. Lo leí allá por 1985.
El perfume, de Süskind. Poco más tarde.
Los renglones torcidos de Dios, de Luca de Tena. Me da pereza.
El peregrino de Compostela, de Coelho. Lo he intentado, pero me ha pasado como con el resto de sus libros que he abierto, imposible pasar de la primera página.
El hobbit, de Tolkien. No pude tragarlo con dieciocho, ni me lo planteo a los 39,9.
Beatriz y los cuerpos celestes, de Etxebarría. He empezado a leerlo, no está mal, pero tiene un regusto a pasado de moda, a cosa vieja sin valor.
El hereje, de Delibes. Delibes siempre merece una oportunidad.
La aventura del tocador de señoras, de Mendoza. Casi lo mismo que Delibes.
Se quedan para la repesca El origen perdido, de Asensi y Donde el corazón te lleve, de Tamaro, por simple ignorancia.
Eso es todo, me voy a ver cómo se las arregla la Etxebarría. Curiosidad morbosa.