Aviso cookies
Usamos cookies propias y de terceros para mostrar publicidad personalizada según su navegación. Si continua navegando consideramos que acepta el uso de cookies.
OK
Más información
domingo, 22 de noviembre de 2009
miércoles, 18 de noviembre de 2009
Balanza de bolsillo
Ayer vi en una tienda de decomisos (sí, todavía existen, no todas han sido fagocitadas por los todoacién) una balanza de bolsillo, aproximadamente como ésta:
Como soy un caprichoso sin redención, me entraron ganas de comprármela. Mi cerebro de consumista se puso en marcha, encontrándole varias utilidades al aparatejo; menos mal que acudió en mi ayuda el sentido común, que me dijo: "Si costase cinco euros, ya me parecería una tontería pero ¿gastarse treinta euros por lo menos en un cacharro que vas a guardar en un cajón? Así que me alejé preguntándome: ¿para qué querría nadie una balanza de bolsillo?
Supongo que a priori soy un cándido, y que realmente hay gente que lleva una balanza en el bolsillo. Pensándolo un poco se me ocurren pocas cosas legales que requieran sacarse una balanza de la chaqueta.
Como soy un caprichoso sin redención, me entraron ganas de comprármela. Mi cerebro de consumista se puso en marcha, encontrándole varias utilidades al aparatejo; menos mal que acudió en mi ayuda el sentido común, que me dijo: "Si costase cinco euros, ya me parecería una tontería pero ¿gastarse treinta euros por lo menos en un cacharro que vas a guardar en un cajón? Así que me alejé preguntándome: ¿para qué querría nadie una balanza de bolsillo?
Supongo que a priori soy un cándido, y que realmente hay gente que lleva una balanza en el bolsillo. Pensándolo un poco se me ocurren pocas cosas legales que requieran sacarse una balanza de la chaqueta.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)